Cultura de trabajo orientada a resultados. ¿Y la persona?
En tu lugar de trabajo. ¿Qué consideras que sea más importante? ¿La persona o el número? ¿El individuo o el porcentaje? ¿El empleado o la participación de mercado? O tú, cómo jefe, supervisor, gerente, director de área. ¿En qué pasas más tiempo enfocándote? ¿En tu gente o en los números?
Los números tienen su importancia. Y estoy de acuerdo que vivimos en un mundo lleno de maravillosas complejidades, donde las opciones son numerosas y el ser el primero, el más rápido, el más disponible tiene sus ventajas. Pero en algunos casos a un precio alto. Hemos trabajado con organizaciones capaces de crear culturas de trabajo altamente efectivas en implantar en cada colaborador la idea del número. Solo que hemos notado que esta aproximación está creando un sobre calentamiento de la capacidad humana de responder a la presión constante.
Si estas a cargo, podemos decirte que con esta manera de trabajo si se cumplen las cuotas, pero en el largo plazo necesitarás estar preparado. Ya que si se ha trabajado largo tiempo de esta manera, en algún momento empezarás a notar que estarás llegando a tus resultados pero tus costos aumentarán. Porque ante la presión se cometen errores, se omite información, se dejan de revisar procesos. Cuando estos acontecimientos se acumulan, atenderlos de manera orgánica sin que afecten el desempeño del negocio, rebasará las capacidades del más experimentado gerente, director o departamento de recursos humanos.
Toda nuestra invitación es a revisar. Revisa cual fue el tema de los últimos diez, veinte mensajes. ¿Hay un balance entre persona y número? Revisa tú día a día, sus conversaciones. ¿Hay momentos para escucharse? ¿Retroalimentarse? Reconocer el trabajo logrado, el desempeño, la aportación a nivel personal y de equipo. ¿Existen esos espacios? Espacios para poder decir: “Gracias. Ha sido duro. Pero gracias, por su esfuerzo, por su tiempo, por dar una parte de su vida a esta empresa.”
Estamos convencidos que todo lo que es necesario es entrar en una conversación para crear culturas de trabajo orientadas en vivir bajo un balance, un camino medio entre la aproximación a resultados y la integridad de la persona.